(Por el escritor Miguel Barragán Torroella).
El pasado jueves 14 de marzo, Xi Jinping asumió la presidencia de China. Es un ingeniero que ha remplazado a otro ingeniero como líder de la ascendente potencia económica del mundo. El nuevo dirigente chino es un ingeniero químico que substituyó a un a Hu Jintao, un ingeniero hidráulico y éste a su vez sucedió al presidente Jiang Zemin, un ingeniero eléctrico.
¿Por qué es interesante esto. No se trata de que los ingenieros sean mejores gobernantes (no siempre lo son), sino que refleja la popularidad de la ingeniería en los países asiáticos, como sucede en China, Corea, Taiwán y la India. Esto es importante porque estamos viviendo en una economía global basada en el conocimiento, en la que las patentes de nuevas invenciones producidas en general por ingenieros, científicos y técnicos, generan a las naciones mucha más riqueza que las materias primas. Los ingenieros y científicos que desarrollan nuevos productos están en mayor demanda que nunca.
El impulso que le da China a la ingeniería es notable, por ejemplo en la universidad de Tsinghua de Pekín, donde el 72% de los estudiantes de nivel licenciatura, maestría y doctorado están en facultades de ingeniería y ciencias duras mientras que el 28% estudia humanidades o ciencias sociales.
En México, como en la mayoría de los países latinoamericanos, seguimos formando estudiantes en humanidades y ciencias sociales. Demasiados filósofos y pocos ingenieros.
Otro ejemplo exitoso es el de Finlandia que presume de tener el mejor sistema educativo del mundo induciendo a los niños de apenas 7 años a la ciencia y tecnología, en donde ahí no se observa a un profesor en un aula dando un discurso, solo se observan niños solos con sus guías de trabajo.
Finlandia elaboró su sistema educativo hace 30 años. Los resultados se ven en una sociedad armoniosa, pacífica, laboriosa, desarrollada de industrias tecnológicas que exportan productos a todo el mundo.
Posiblemente tenga usted en el bolsillo uno de sus productos: un celular NOKIA.
¿Por qué es interesante esto. No se trata de que los ingenieros sean mejores gobernantes (no siempre lo son), sino que refleja la popularidad de la ingeniería en los países asiáticos, como sucede en China, Corea, Taiwán y la India. Esto es importante porque estamos viviendo en una economía global basada en el conocimiento, en la que las patentes de nuevas invenciones producidas en general por ingenieros, científicos y técnicos, generan a las naciones mucha más riqueza que las materias primas. Los ingenieros y científicos que desarrollan nuevos productos están en mayor demanda que nunca.
El impulso que le da China a la ingeniería es notable, por ejemplo en la universidad de Tsinghua de Pekín, donde el 72% de los estudiantes de nivel licenciatura, maestría y doctorado están en facultades de ingeniería y ciencias duras mientras que el 28% estudia humanidades o ciencias sociales.
En México, como en la mayoría de los países latinoamericanos, seguimos formando estudiantes en humanidades y ciencias sociales. Demasiados filósofos y pocos ingenieros.
Otro ejemplo exitoso es el de Finlandia que presume de tener el mejor sistema educativo del mundo induciendo a los niños de apenas 7 años a la ciencia y tecnología, en donde ahí no se observa a un profesor en un aula dando un discurso, solo se observan niños solos con sus guías de trabajo.
Finlandia elaboró su sistema educativo hace 30 años. Los resultados se ven en una sociedad armoniosa, pacífica, laboriosa, desarrollada de industrias tecnológicas que exportan productos a todo el mundo.
Posiblemente tenga usted en el bolsillo uno de sus productos: un celular NOKIA.
Por: Chávez Carmona